Fuegos artificiales
No hay bordados ni puntillas,
no quedan fuegos artificiales,
tampoco el sonido de la banda
se percibe ya en la lejanía.
Ahora sola y engalanada
celebro sin mantel
un brindis de copa vacía
cuyo deseo no recuerdo,
cuya burbuja hace años se extinguió.
En cambio aquí estoy
de corsé frente al espejo,
esperando una brisa de lavanda
que sorprendida me envuelva
en la mañana,
que me haga pronunciar una palabra hermosa
en este silencio mortecino
de la casa sin hijos
y la alcoba sin amante.
(Rebeca Ponte)