Él paga los helados
Cada domingo iban a pasear.
Él, ella
y los tres niños.
Una noche,
cuando ella no quería dejarlo
ir a verse con otra,
él sacó de debajo del colchón
una navaja.
Ahora, de nuevo todos los domingos,
salen a pasear
él, ella y los tres niños.
Él paga los helados, todos se ríen.
Ella también.
(Anna Swid – Trad. Bárbara Gill)