Acto heroico
Ella confiaba y me reenviaba la confianza.
En el cielo de la habitación donde la luz apenas era ciega
Pude yo dejarla triunfar sobre mí.
Ella anunció su juego marcando su naipe
Y la humedad de sus actos se alojó en la humedad de su visión
Caímos al foso del castillo-oráculo esa noche
Insistiendo yo en visitarle cada noche
Me invitan sus olores -nuestros y sólo nuestros-
A decapitarme cuando la luz oscurece el metal de mi memoria.
Así se apartó de mí
Amarla fue mi único acto heroico
Muriendo yo solo y verla llorar ya fue castigo
Amarla fue mi único acto heroico.
Décimo tercer mes del día
Noche por tantos otros siglos más que nunca han de venir.
(Eduardo Leyton-Pérez)